Esencia de lo que es FAIENAP

Conceptos generales, la esencia misma de lo que es FAIENAP

Estamos conscientes y atentos a los sentimientos y pensamientos que produce FAIENAP en las personas, organizaciones y denominaciones.

  • Para algunos, FAIENAP es la infraestructura, un lugar donde realizar campamentos, retiros, congresos, seminarios o talleres.
  • Para otros FAIENAP es la organización, el Concejo Directivo, el Director Ejecutivo, el rostro visible del Director, las personas que trabajan a diario en las oficinas y los hermanos que se encargan del mantenimiento de la base.
  • Para otros FAIENAP es el lugar donde se traduce y/o revisa las biblias de las diferentes etnias.
  • Para otros FAIENAP también es el proveedor de expositores para los diferentes eventos que se realizan en diferentes zonas de la selva peruana.
  • Para otros FAIENAP es CAMIT, una escuela de Capacitación Misionera Transcultural, donde se provee la capacitación con experiencias vivenciales en diferentes áreas de misión, especialmente misión transcultural para la selva.
  • Para otros FAIENAP también es la entidad que agrupa a las asociaciones de las iglesias evangélicas de la selva peruana.
  • Para otros FAIENAP es simplemente un dolor de cabeza.
  • Para otros es una bendición. FAIENAP es todo esto y mucho más, ciertamente mucho más.

Por esta razón he visto conveniente hacer una descripción, un perfil básico de lo QUE ES FAIENAP, para que podamos entenderla mejor, amarla, respetarla, respaldarla, apoyarla, acompañarla y orar por ella.

FAIENAP, organismo eclesiástico UNIFICADOR.

Por siglos, los pueblos de la Amazonía, han estado en constantes luchas y guerras sangrientas y sanguinarias. Como en toda guerra, no solo morían los guerreros, sino también los más débiles, es decir, los ancianos, niños y mujeres (mujeres débiles cuando no eran guerreras). Y como en muchos pueblos de otras partes del mundo, aquí también hubo algunos pueblos que comían la carne de sus enemigos vencidos, reducían sus cabezas, violaban sus mujeres y se llevaban cautivos a los sobrevivientes que no pudieron huir. Esto, la guerra, fue una constante por mucho tiempo.

Desde que los misioneros llegaron con el evangelio, les dieron educación pedagógica y luego educación inicial, primaria y secundaria, instalaron postas médicas, los sacaron del nomadismo e hicieron sedentarios, les capacitaron en carpintería, ganadería, mecánica y crianza de animales menores; les hablaron del amor de Dios y la oportunidad de buscarle y tener comunión con Él, les tradujeron parte de la biblia a su propio idioma para que pudieran reconocer al Dios creador del universo, les dieron una capacitación bíblica/teológica levantando así su cuerpo pastoral, les ayudaron a fundar sus iglesias locales hasta crear sus Asociaciones de Iglesias Nativas étnicas y luego crear FAIENAP, los acompañaron en el largo proceso de su crecimiento y desarrollo. Todo esto repercutió en que las guerras y sus efectos no se han vuelto a repetir.

Muy por el contrario. Esos pueblos que antes estaban en guerras, ahora trabajan juntos en FAIENAP. Se visitan, fortalecen y animan unos a otros. Sus pastores realizan trabajos misioneros yendo a otros grupos para predicar la Palabra, cosa que hace 100 años no se hubiera podido imaginar.

En la FAIENAP se pueden sentar juntos y comer lo que ellos conocen, o probar nuevas comidas, reírse juntos, hacer amistades y crear lazos de compañerismo, amistad y hermandad con pastores de otros grupos con los cuales antiguamente estaban enfrentados. En FAIENAP, pueden discutir temas diversos de iglesia y misión, aun de manera acalorada, y terminar como amigos y hermanos. En FAIENAP aprenden a cultivar la paciencia, el amor, la cordura, la tolerancia, la diplomacia con otros hombres y mujeres con quienes antes hubiera sido imposible. En FAIENAP aprenden a respetarse entre si, a interactuar y a intercambiar experiencias que han vivido en su zona. También en FAIENAP saben hablar de temas que les preocupan, a enfrentar posibles divisiones. Saben aconsejarse, exhortarse, llamarse la atención, orar unos por otros y seguir siendo compañeros de milicia, porque en FAIENAP todos son hermanos pertenecen a un solo cuerpo y les une la salvación de  Jesucristo y la fe en Él, el bautismo y la Santa Cena, el Espíritu Santo y, Dios es Padre de todos a quien elevan sus ruegos, plegarias y oraciones.

FAIENAP, iglesia AUTOCTONA.

En FAIENAP, hay un respeto impresionante por la forma cómo la iglesia del otro se va desarrollando. Esto no se ve en las denominaciones de las ciudades. Esto no quiere decir que dejan pasar los errores de interpretación bíblica y por ello los confrontan, hablan y debaten, pero respetan al otro en el proceso de cambio y recambio. Por lo demás, cada grupo étnico se desarrolla según el ritmo propio de su cultura (que no es igual una de otra), según sus propios recursos económicos o recursos humanos propios del grupo étnico. Su idioma o lenguaje es vital para ellos, como lo es para toda cultura. Para su liturgia usan su propio lenguaje. Con su idioma adoran y alaban al Señor. Así mismo preparan sus mensajes y estudios para poder enseñar y predicar en su propio idioma. La gente lo entiende mejor por que es el “idioma de su corazón”. Al ser sus pastores hombres del mismo grupo idiomático, entienden los tejidos culturales que envuelven la mente y corazón de sus propios paisanos, que no pasa así con la gente foránea o visitante. Igual pasa con los maestros de Escuela Dominical. Los niños los van a entender muy bien porque les están hablando en su propio idioma y seguramente ilustrando sus lecciones con historias que ellos conocen y oyeron en su comunidad. Los cantos se cantan en el idioma nativo, con la belleza singular que eso implica. También crean sus propios cantos para alabar y adorar a Dios con las melodías autóctonas. Y cuando las entonan lo hacen con ritmo, sabor, ganas, tanto que uno puede estar seguro que lo están cantando con su cuerpo, alma, corazón y espíritu. Todo esto no es igual entre un grupo idiomático y otro, jamás será igual, siempre será diferente. ¡Eso es los maravilloso de la creación y salvación de Dios, la variedad cultural, para expresar el gran amor de Dios y para darle la gloria y honra a Él, como está registrado en Apocalipsis 7.9-12 y 5.8- 12!

Sabemos que en las iglesias de FAIENAP no se da una ofrenda a los pastores. Entendemos que es porque por siglos enteros no han manejado dinero, sino más bien usado el trueque. Así, suponemos que en el proceso de su crecimiento van a aprender y comenzarán a remunerar a sus pastores. Pero debo dejar sentado aquí un elemento muy importante (Debemos releer la Palabra y reflexionar con ojos amazónicos el tema de las ofrendas, el diezmo y el sueldo pastoral -finanzas- para no importar elementos culturales, sino para entender, aplicar y enseñar el principio espiritual del mandato del Señor). Los roles en las comunidades nativas están bien distribuidas, de tal manera que es el hombre el encargado de hacer las chacras de yuca, plátanos y otros frutos de la tierra, también es el encargado de cazar y de pescar; de construir la casa y repararla; de buscar leña y hacerlo en rajas. Pensando y reflexionando en este elemento cultural, ancestral, concluimos que la dignidad del hombre radica en el cumplimiento fiel de sus roles ante el hogar y la comunidad. Antiguamente, cuando las mujeres buscaban marido, tenían valores bien establecidos para ver a un hombre candidato. Las mujeres veían si ese hombre era trabajador, cazador, pescador y que nunca les haría faltar el techo y la comida. Si el hombre no los cumple, por A o Z motivos y/o pide ayuda para conseguir alimentos para su familia, el “hombre” se convertía en uno que es incapaz de trabajar, sostener a su familia, ocioso, vividor y etcétera. Es en este contexto, que debemos entender que “el sueldo pastoral” no es un elemento que puede ser incluido fácilmente en la vida y obra de las iglesias de la selva. No digo que será imposible, tampoco que no se debe hacerlo, pero si digo que no será fácil lograrlo. Es un tema cultural, de roles y valores.

FAIENAP, iglesia AUTÓNOMA.

La autonomía con que las iglesias nativas se manejan entre ellas es también impresionante. Hay un gran respeto entre ellas. Quizá sea por las experiencias bélicas antiguas, como que temen que se rompa la paz, el equilibrio y las buenas relaciones ganadas hasta ahora. Por lo cual una iglesia o líderes de una Asociación, nunca van a interferir en los asuntos de otra asociación o iglesia. Los misioneros, pastores o líderes de un grupo étnico, nunca van a ir a otro grupo que ya tiene iglesia, pastores y sus respectivos líderes y suponer que es un “campo blanco” y levantar una iglesia, poner el nombre de su denominación o asociación, además poner un pastor de otro lugar, que no sea de la zona, ni habla su idioma, ni conoce la cultura y declarar que hizo el trabajo misionero para Dios. ¡Eso nunca lo hará un líder nativo! Sin embargo esta actitud sí lo vemos en hombres y mujeres que van de la ciudad, enviados o no por sus iglesias o denominaciones, hacia las comunidades nativas. ¡Mucho tenemos que aprender de los hermanos nativos, nosotros de la ciudad y las denominaciones, especialmente el respeto a su autonomía!.

En FAIENAP se respetan unos a otros y han aprendido a respetar la cultura, la liturgia, las formas de evangelización, misión y administración de iglesia del otro. Tanto así que un grupo puede tener su liturgia con mucho ritmo y movimiento, mientras que otro es más estático y sin embargo ni uno ni otro se critica ni juzga  creyéndose mejor o más “espiritual”. Así mismo con sus melodías autóctonas, cada uno tiene lo suyo propio, y ninguno se parece, todos son diferentes, pero nadie de ellos presupone que son mejores que los otros. Sus formas de administrar la iglesia también son diferentes y cada uno marcha según su propio ritmo grupal, temperamento cultural y recursos propios naturales, pero nadie está compitiendo con otro grupo por tener más números estadísticos en sus informes.

En ese mismo sentido, FAIENAP, como organización, es “una fraternidad”, y la AUTONOMÍA de cada grupo es uno de sus principios principales que rige el espíritu de FAIENAP. Si bien es cierto, cuando en las sesiones de FAIENAP se toman acuerdos, se hacen con mayoría de opiniones y votos. Pero la ejecución, tanto de forma y de fondo, ya depende de cada Asociación afiliada a la FAIENAP. Por esta misma razón, orientamos y requerimos como un requisito, que los misioneros de las ciudades y denominaciones, que tienen un llamado para trabajar en la amazonia, sean primeramente capacitados en CAMIT, sin lo cual su trabajo será un trabajo triste y doloroso para ambos lados, tanto para el receptor como para el enviado.

FAIENAP, una muestra de lo que será en el cielo. (Apocalipsis 7.9 – 12 y 5.8 – 12)

Sin ningún ánimo de exagerar, esto es real. Cuando las diferentes Asociaciones se reúnen, uno puede respirar, casi palpar, estar ante el Trono de Dios, porque están presentes, todos redimidos por Jesucristo, de diferentes etnias, lenguas, nacionalidades, razas. Uno puede ver las formas de sus rostros, los colores de su piel, sus diferentes estaturas y gozarse en que todos fueron salvados por Jesucristo.

Cada etnia o Asociación tiene su particularidad, su peculiaridad. Ninguno es igual. Unos son efusivos, otros son parcos. Unos son sanos, tímidos o ingenuos, otros son audaces o atrevidos. Unos hablan acaloradamente, tanto que cualquiera que no los conoce podría pensar que están enfadados, pero ese es su temperamento, su forma de debatir los temas de la agenda. En el otro extremo están los otros que, en ocasiones, hay que hacerles preguntas para que digan una palabra o una opinión. Sin embargo todos, todos aman al Señor, aman la obra del Señor, aman su pueblo y se entregaron por completo al servicio de Dios. Cuando elevan sus oraciones, nuestros oídos escuchan diferentes idiomas, pero todos elevando sus oraciones al Dios y Padre, creador del cielo y de la tierra. Cuando les escuchamos cantar, no son solo sus voces, que ya es un deleite para los oídos, sino sus gestos corporales, algunos con los rostros sonrientes y alegres, otros con la seriedad que implica la santa presencia de Dios; algunos con el batir de las manos, otros también con el movimiento rítmico de los pies y del cuerpo, pero también otros con la reverencia serena y amorosa a la presencia divina. Todos son de la familia de Dios, son sacerdotes al servicio del Rey, pertenecen a la nación santa de Dios, son el pueblo que Dios adquirió para sí, y todos están al servicio de Dios para anunciar las obras maravillosas de Dios. (1Pedro 2.9)

Un trabajo con la FAIENAP en la amazonia nos da una PLATAFORMA DE OPORTUNIDADES.

Oportunidades de hacer Misiones. Para nosotros, los creyentes de las iglesias mestizas o de las ciudades y denominaciones, los grupos étnicos se constituyen en oportunidades para un trabajo misionero con la FAIENAP y las diferentes etnias de la Amazonía. Especialmente en lo que respecta a “lo último de la tierra” (Hechos 1.8) o “hacer discípulos a todos los pueblos o naciones / etnias” (Mateo 28.19; Lucas 24.47). Esto debe tomarse como un proyecto de vida, puesto que ser llamado y enviado por Dios es muy serio y no es de corto plazo o una mera aventura para tener algo que contar o un viaje turístico al que vamos para disfrutar de la selva y su gente. ¡No es así! Si somos llamados y enviados por Dios, entonces es para servir a los hombres, mujeres y niños y no para que nos sirvan.

Oportunidad para un plan de adopción. Por esta razón, recomendamos un plan de adopción, que implica un acompañamiento responsable, no con actitudes paternalistas, sino con la actitud de vivir la vida cristiana y caminar el peregrinaje en este mundo, juntos, mano a mano, hombro a hombro, acompañando al hermano nativo mientras se realiza su desarrollo y crecimiento hasta que juntos “lleguen a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios…” (Efesios 4.13).

Oportunidad de tener un proyecto de vida. Por lo mismo, trabajar con FAIENAP, debe motivarnos a un plan de largo plazo, que significará armarse de paciencia, perseverancia y humildad. Virtudes no tan fáciles de cultivar, especialmente en estos últimos tiempos en la que el “espíritu de este siglo” o “el dios de este siglo” (2 Corintios.4.4; Efesios 2.2; 6.12; Gálatas 4.3; 1Timoteo 4.1-3; 1Juan 4.3;) ha remplazado dichas virtudes con otras cosas. Deberemos estar preparados también para los posibles choques culturales, contra el etnocentrismo cultural y denominacional, y poner nuestra voluntad para amar al hermano nativo y estar con él en sus luchas, derrotas y victorias. Deberán esforzarse, ser valientes y tener ánimo por que estarán juntos, todos los días, el misionero, la iglesia nativa adoptada y Jesucristo hasta que él venga. Por lo que Él mismo lo promete que “estará con nosotros hasta el fin” (Mateo 28.19).

Oportunidad de practicar el empoderamiento. Es oportuno y elemental en este punto, plantear que, al trabajar con FAIENAP, nos permite la práctica del EMPODERAMIENTO. Es decir darles, a los hermanos nativos, las herramientas necesarias para que ellos hagan el trabajo, su trabajo, y desarrollar en ellos capacidades, habilidades, destrezas y actitudes, y el buen ánimo, pues nadie mejor que ellos mismos sean los que realicen y ejecuten el ministerio en su propia comunidad, zona o etnia. Cometeríamos un error garrafal si les quitamos el púlpito y somos nosotros los que pastoreen las iglesias nativas, o si les quitamos a ellos el derecho de hacer misiones en lugares donde no ha llegado el evangelio de salvación. El empoderamiento debe incluir la capacitación a su liderazgo en los diferentes ámbitos de la vida de la iglesia, tales como creación de un Instituto bíblico y que sean ellos mismos que la dirijan y enseñen; igualmente la capacitación a los maestros de escuela dominical; elaboración o traducción de materiales en su propio idioma; fortalecer la organización de su iglesia y capacitar a su liderazgo en administración y manejo de iglesia; capacitarles en música, instrumentos y ayudándoles a crear cantos nuevos con su melodía autóctona.

Oportunidad de ser transformados. Trabajar con FAIENAP también nos permite ser “transformados cambiando nuestras maneras de pensar y reflexionar” (Efesios 4. 23). Aquí algunos elementos en las que tenemos la oportunidad de cambiar por medo de la reflexión cuando trabajamos, vivimos y llegamos a amar la selva y su gente. Por ejemplo, nuestra tendencia hacia el individualismo. En las comunidades nativas, como en las escrituras, encontramos actitudes y vidas comunitarias en lugar de individualismos. También debemos despojarnos de nuestro Etnocentrismo Denominacional y cultural para llevar el evangelio sin dichas “envolturas”. Igualmente deberíamos reflexionar y revisar nuestras Formas Litúrgicas, Administrativas y de Adoctrinamiento en las que hay mucho de cultura, y lamentablemente cultura importada de otras latitudes. Con el mismo propósito debemos reenfocar nuestros énfasis hacia las cosas espirituales o celestiales más que hacia las cosas materiales, como también debemos enfatizar más hacia el ser humano que hacia las estadísticas numéricas de crecimiento. De igual manera debemos reflexionar en una seria reconciliación con la naturaleza y el medio ambiente, y abandonar el asfalto, lo instantáneo, la chatarra y lo descartable. Solo cambiando nuestra manera de pensar y reflexionar entenderemos la buena voluntad de Dios que es agradable y perfecta. (Romanos. 12 2)

Ezequías Malpartida S.

Misionero

Lima el 02 de julio del 2017

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